Fenicia bajo dominio asirio

Durante el Imperio Asirio Medio (1392-1056 a. C.) y el Imperio Neoasirio (911-605 a. C.), Fenicia, lo que hoy se conoce como Líbano, y la costa de Siria, estuvieron bajo el dominio asirio en varias ocasiones.[1]​ El sur de Canaán, en términos modernos, Israel, los Territorios Palestinos y Jordania, estaba habitado por una serie de estados semíticos que hablaban lenguas cananeas, como Israel, Judá, Samarra, Amón, Edom, Moab, los suteos y los amalecitas. Además, los filisteos emigraron a esta región desde el mar Egeo, un pueblo no semítico de habla indoeuropea. El norte de Canaán, en términos modernos, el Líbano, la costa mediterránea de Siria y el extremo suroccidental de Turquía, también estaba habitado por pueblos de habla cananea, reunidos en ciudades-estado como Tiro, Sidón, Beret, Arvad, Simyra, Onoba y Tarsis. El término Fenicia se aplicó a esta región, pero es una aplicación griega posterior que no se utilizó durante el periodo asirio.[2]

Al este, en términos modernos el interior de la actual Siria, excluyendo el noreste asirio, la región había sido habitada desde el siglo XXIV a. C. por los amorreos de habla cananea y durante un tiempo también por los eblaitas de habla semítica oriental, por lo que gran parte de esta región había sido conocida como la «Tierra de los Amurru». Sin embargo, a partir del siglo XII a. C. apareció un nuevo grupo semítico, los arameos, y a finales del siglo XI a. C. esta región era conocida como Aramea/Aram y Eber-Nari, y siguió llamándose así durante la última parte del Imperio asirio medio, el Imperio Neoasirio, el Imperio Neobabilónico y el Imperio Aqueménida. El término Siria es, en realidad, un nombre indo-anatólico del siglo X a. C. para Asiria, que siglos más tarde los griegos aplicaron durante el Imperio Seléucida (311-150 a. C.) no sólo a la propia Asiria sino a gran parte del Levante.

La aproximación de los devastadores ejércitos asirios se traduciría la mayoría de las veces en el vasallaje de estos estados. Del mismo modo, cualquier ausencia prolongada daría lugar a una rebelión, a menudo patrocinada por otro de los numerosos oponentes de Asiria. El resultado es que numerosos reyes de Asiria lanzaron campañas para poner estas regiones económicamente importantes bajo el dominio asirio. La rebelión tras la ofensiva de un rey daba lugar al siguiente asalto vengativo de su sucesor. Cuando Tiro dejó de pagar tributo a los reyes asirios, estalló la rebelión.[3]

  1. Healy, Mark (1991). The Ancient Assyrians. New York: Osprey. pp. 8-53. 
  2. «Henry George Liddell, Robert Scott, A Greek-English Lexicon, φοῖνιξ». Perseus.tufts.edu. Consultado el 18 de marzo de 2017. 
  3. Carter, Terry; Dunston, Lara; Humphreys, Andrew (2004). Syria & Lebanon – Terry Carter, Lara Dunston, Andrew Humphreys – Google Boeken. ISBN 9781864503333. Consultado el 17 de agosto de 2012. 

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